“Tío” Pedro Hernandez Arellanes
Tio pedro comenzó a trabajar por primera vez
en palenques de su pueblo natal, Santa Catarina Minas, cuando tenía veinte años —hace más de 50 años. A la joven edad de 62 años, Pedro finalmente pudo construir su propia pequeña destilería, La Esperanza, en el patio trasero de su casa. Su modesto horno subterráneo tiene capacidad para aproximadamente tres toneladas de agave, aunque a menudo tuesta mucho menos. El sobrino de Tío Pedro, Lalo, junto con otros miembros de su familia extendida, lo ayudan a machacar el agave cocido con mazos de madera, para luego fermentar en tinas de pino con agua de un pozo local.
Tío Pedro mantiene viva la tradición centenaria de Santa Catarina Minas: destilar en alambiques de barro elaborados en Santa María Atzompa. Las ollas de barro aportan mayor cuerpo y una textura mineral a sus destilados, que a menudo presentan un dulzor distintivo a plátano maduro y notas de cacao en polvo y miel.
Los lotes de Tío Pedro son muy pequeños —a veces, el resultado de la fermentación de una sola tina.
Expresiones de Tio Pedro incluyen:
Bendiciendo el horno .